La investigación del atentado contra la sede de AMIA debe constituir una
            cuestión de Estado; y la cuestión supera el enfoque singular de una causa donde se
            investiga un ilícito, para transformarse en una cuestión de gravedad institucional donde
            se pone a prueba tanto la capacidad del Estado argentino para lograr Justicia y condenar a
            los culpables, como así también la voluntad de las autoridades gubernamentales en
            esclarecer el hecho. 
            Fue en atencion a ello que, en su momento, se creó en la órbita del
            Poder Ejecutivo esta UNIDAD ESPECIAL DE INVESTIGACIÓN, para que coordine la acción de
            los organismos de la administración pública, en procura de la profundización de la
            investigación aún pendiente y la dilucidación de lo efectivamente ocurrido en torno al
            hecho pesquisado. 
            El informe que se acompaña reproduce el presentado por la Secretaría
            Ejecutiva de esa UNIDAD a las máximas autoridades de este Ministerio, en reseña de la
            gestión que se llevó adelante desde noviembre del año pasado, cuando quien suscribe
            fuera convocado a desempeñarse tras la renuncia de la Dra. Nilda Garré. 
            Sólo se ha suprimido la transcripción de algunas de sus partes, en
            virtud del resguardo de reserva que corresponde dar a su contenido; aunque completo ya ha
            sido remitido por el Secretario de Justicia y Asuntos Legislativos, a las autoridades
            judiciales intervinientes y a las instituciones comunitarias directamente afectadas por el
            tremendo hecho criminal.
            En su primer mitad, refiere la labor que se llevó adelante para la
            profundización de cada una de las distintas líneas de investigación que conformaron el
            plan de acción adoptado para el curso del año, sea que aquellas aparezcan como propias
            de las etapas de planificación, cooperación y ejecución del atentado, sea que resulten
            más vinculadas con las que le sucedieran y pudieran haber estado destinadas tanto a hacer
            desaparecer los rastros o pruebas del delito, como a ayudar a sus responsables a eludir
            las investigaciones; asi como reseñó cuanto se realizara en procura de la obtención de
            un más apropiado marco institucional en la administración pública para proveer a los
            investigadores de la información que aún se necesita.
            En la segunda parte, se destacan especialmente diversas situaciones de
            interés. Algunas, referidas a la tarea parcialmente desarrollada y que corresponde
            profundizar en procura de mayor información, vinculada tanto con lo que se ha dado en
            llamar "conexión internacional" como con el rastreo de los movimientos de
            fondos dinerarios en el exterior de aquellos a quienes se atribuye alguna participación
            ilícita. Otras, que también han sido reseñadas en extenso y requieren el concurso de
            diversas instancias institucionales, para la superación de los múltiples obstáculos que
            aún hoy se enfrentan al avance diligente de la investigación.
            Entre estas últimas, se señalan en el informe aquellas que se
            vinculan sustancialmente con cuanto -ya desde esta UNIDAD, ya desde el tribunal encargado
            del juicio oral y público-, se ha requerido a quien hoy ejerce la titularidad del Poder
            Ejecutivo Nacional en relación con la Secretaría de Inteligencia, para que se levanten
            las limitaciones fijadas a sus agentes y puedan declarar sobre la actuación que les cupo
            en la investigación del atentado; para que se levante también el secreto de las
            investigaciones internas que se han llevado adelante sobre numerosas irregularidades que
            se denunciaran cometidas en esa actuación; y finalmente para que se profundicen esas
            investigaciones sobre distintas cuestiones que se consideraron deficientemente pesquisadas
            hasta el momento. 
            Asimismo, se ha señalado también otro grupo de cuestiones, a
            propósito de las cuales se ha instado la intervención de las autoridades de los otros
            poderes del Estado, para que no se retraiga el compromiso de todas sus instancias
            institucionales, en orden al control que les compete hacer del cuestionado desempeño que
            algunos han demostrado, según también fuera expuesto en detalle, y en procura de la
            revisión del actuar de los que, como se señalara, "obstruyen de manera evidente el
            accionar de la justicia y comprometen el debido esclarecimiento de los hechos materia de
            juzgamiento".
            Para concluir, el informe que se eleva incluye también la propuesta de
            un plan de acción concreto para el próximo período; y en vista del desarrollo de cuanto
            queda por hacer, en sus concluciones se ha señalado que "se estima necesario que se
            transmita a todos y cada uno de los organismos de cualquiera de los poderes del Estado a
            los que les corresponda intervenir, la necesidad de revertir la falsa idea que pueda
            haberse concebido acerca de que el esfuerzo investigativo puede ya limitarse en vista de
            que se está desarrollando un juicio oral y público sobre algunas personas a las que se
            atribuye participación en el atentado". 
            Muy por el contrario. Se ha expuesto también en el informe la
            confianza en que el despliegue de la tarea que viene desarrollando el tribunal encargado
            del juicio, no sólo ha de permitir arribar a la justa determinación de las
            responsabilidades penales que corresponden, sino que contribuirá además y decididamente
            con la dilucidación de muchas de las numerosas cuestiones que aún se encuentran
            pendientes; y que por ello es precisamente que la tarea que queda por delante aún es
            mucha.
            Con todo, el final del juicio nunca será el final de cuanto debe
            investigarse. Y como ya se expusiera, "reclamamos e impetramos el derecho al pleno
            conocimiento de los hechos. Conocer la verdad, toda la verdad: de eso se trata. Y
            sancionar a los culpables y a los responsables; intelectuales y materiales; instigadores,
            ejecutadores, financiadores, cómplices y encubridores. Por acción o por omisión.
            Repetimos: a todos. No es una pretensión utópica. Es la respuesta que esperamos". 
            Y es además la respuesta que nos hemos obligado a dar.
            
              Alejandro L. Rúa
              Unidad Especial de Investigación